sábado, mayo 12, 2007

SUEÑOS
Se despertó sobresaltado, con las manos temblorosas y sin recordar lo que había soñado. Se destapó, se bajo por el lado izquierdo de la cama y se colocó las zapatillas, primero el pie derecho y después el izquierdo, siguiendo el mismo ritual de cada mañana, de cada semana, de cada mes, de cada año.
Se levanto mirando hacia la ventana, mirando su reflejo. Se rozo los ojos con las manos y se echó el pelo hacia atrás. Tras esbozar una leve sonrisa se dirigió al cuarto de baño con la intención de darse una ducha. Abrió el grifo de agua caliente y dejo la mano bajo el choro para comprobar la temperatura del agua.
Mientras se llenaba la bañera de agua comenzó a desnudarse, aún le palpitaba el corazón, necesitaba relajarse, necesitaba no pensar, no recordar, necesitaba únicamente tranquilidad.
La bañera ya estaba lista, cerró el gripo y metió la punta del pie con cuidado, después el tobillo y más adelante el cuerpo entero, dejándose caer sobre el agua, se cubrió con el agua hasta el cuello, agua caliente, agua para relajarse.
Cerró los ojos y se dejó llevar, recordó el momento más hermoso de su vida, el momento en que la conoció. Una persona tímida, callada, una persona especial.
Recordó su primera conversación un año después de ese momento, una conversación impersonal, una conversación sin sonido, tan solo escrita, en la que conoció a la persona sin recordar su rostro, no se acordaba de su cara, solo de esa persona tímida, callada y especial.
Como una ráfaga fugaz, apareció en su memoria su primera no cita, ese día en que quedaron por primera vez con los amigos, esa primera vez en la que le vería la cara a la persona que ya amaba, esos nervios en el estomago, en el corazón. Nervios que siguieron apareciendo en su primera cita, en la segunda, en todas las demás. Recordó su primer beso, cuando él la cogió a ella de la mano para que no se le escapase, se acercó y se besaron, siendo este el momento más dulce de su vida, esos nervios en estómago otra vez, las piernas le temblaban, se estaba enamorando.
Recordó todo el tiempo que pasó con la persona a la que quería, sus besos, sus caricias, sus risas, sus momentos, lo recordó todo con paz, calma y tranquilidad. Se sentía feliz por lo que recordaba y no quería recordar más, no quería recordar el final, el dolor que eso le causaba, no quería recordar. Sólo quería sentir la tranquilidad del agua que lo rodeaba., necesitaba no pensar.
Llegó el final, un final feliz, nunca más sentiría dolor por ella, nunca más recordaría que no pudo ser, nunca más recodaría que ella no le quiere, que no existe para ella, que él para ella no existe.
Dejó de existir en el momento en que dejó de sentir la tranquilidad del agua, en el momento en que dejo de recordar, en el momento en que se durmió, en ese momento recuperó la felicidad.

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