lunes, febrero 09, 2009

LO HICE SIN QUERER

Una de las cosas que hago en mi trabajo es trabajar con ratones. Les damos una noche de placer con un macho tipo Antonio Banderas, las separamos de los machos para que no se cansen, les inyectamos el tratamiento y…, vamos a decirlo así, experimentamos por el bien de la humanidad, de los mecanismos del embarazo y de la endometriosis.

Total, que este fin de semana me tocaba inyectar a mi sola a los ratones (mi compañera se había marchado a París a celebrar su cumpleaños, tiene nivel eh?), cosa nada complicada teniendo en cuenta que ya lo había hecho en más de una ocasión, pero esta vez sabéis qué? que me toco una ratona cabrona, o lista según se mire, porque a defendernos tenemos derecho todos.

Llego al animalario, abro la primera puerta de metal, entro en la habitación de cambio de ropa, comienzo con el ritual, bata sobre la ropa, gorrito verde, mascarilla y zapatos de goma para entrar a ver a los ratones (y tanta leche no es por nosotros, ojo! Si no por ellos, no sea que le peguemos algo, no?). Abro la segunda puerta de metal, entro en el pasillo de las jaulas, doy tres pasos y llego a la habitación en donde están los ratones, busco la jaula con los ratones que tengo que pinchar con la toxina y me pongo manos a la obra. Comienzo quitando la tapa de la jaula, el biberón, la rejilla y finalmente meto la mano para pinchar por la cola a la ratona. La saco, la coloco sobre la rejilla de la jaula, la calmo un poco dándole un masaje en el lomo, la trinco del cuello para inmovilizarla, le doy la vuelta para poner panza arriba con la mano izquierda y cuando voy a coger con la derecha la jeringuilla va la tía, se retuerce y me zampa un mordisco cual perro que fuese y me rompe el guante!!.

Todo se hubiese quedado en eso si yo......, bueno reaccione como cualquier persona (o eso me digo a mi misma) le llame cabrón mientras por un acto reflejo lo lanzaba a la jaula cual pajarillo volador, de pronto veo que se pone a temblar, y es que resulta que lo que para mi fue un simple "te tiro a la jaula" para el fue como estamparlo contra un muro, vamos que le dí una buena hostia en la cabeza, total que como estaba sufriendo le tuve que matar, y qué pasa? Pues que me he convertido en una "mice killer", porque no es lo mismo matar por la ciencia, que matar por caguencia……..
CUIDADO CON LO QUE OS METÉIS EN LA BOCA

Sábado noche, Marta, su compañera de piso y yo nos vamos al cine a ver Madagascar 2.
Nos acercamos al mostrador y mientras ellas piden las entradas yo trinco una publicidad del Burguer King que tenía una "supuesta caja de chicles" en el interior.
Pensé "mira que bien, en cuanto me tome los nachos, me como el chicle y así no tengo tan mal sabor de boca", total que por no parecer avariciosa cogí solo uno, y lo metí en el bolso tan normal.
Termino la peli, nos fuimos a casa de Marta en taxi y desde allí tome el metro hacia mi casa. Entre en la estación, me senté y me acorde de los chicles y dije "me voy a tomar uno", saque la caja del bolso, abrí la caja y cuando saco el contenido "OOOOOOO" resulta que no eran chicles, que casi me como un preservativo!!!!! mire para un lado , para otro y como no me vio nadie, lo metí en el bolso disimulando y a otra cosa mariposa.
Por eso os digo, ojo con lo que queréis meteros en la boca, no sea que os sorprendáis,jejeje.